El Corozo
Es un fruto ampliamente conocido en el caribe americano, es nativo y crece silvestre en esta región. Se ha utilizado por generaciones, en la gastronomía local en forma de bebidas, licores y conservas, sin embargo, la planta no ha sido valorada adecuadamente, tanto que, en algunas partes se encuentra en riesgo de extinción por dar lugar a la siembra de otros cultivos y a la ganadería. Solo recientemente se ha estudiado en forma científica encontrando que, tiene grandes propiedades sanitarias y un enorme potencial en la industria alimentaria. Por estas virtudes, su exótico sabor, su resistencia natural a las plagas, a la mano arrasadora del hombre, al calentamiento global y porque ha sido un fruto subestimado, decidimos rescatarlo para darlo a conocer con la elegancia que merece, a través de un licor que ya la sabiduría ancestral nos había planteado.
La Historia
El 19 de marzo de 1784 nació en Camarones, un antiguo caserío de Riohacha- Guajira-, José Prudencio Padilla López. Hijo de Josefa Lucía López, mujer de origen Wayúu y de Andrés Padilla, un artesano afrodescendiente constructor de embarcaciones menores. A los 19 años se enlistó en la Real Armada Española, por sus capacidades fue nombrado Contramaestre del navío de guerra Juan Nepomuceno. Participó en la Batalla naval de Trafalgar, siendo puesto prisionero de guerra, en la derrota Franco-Española. Luego de 3 años de prisión, fue amnistiado y liberado. Regresó al Virreinato de Nueva Granada, como administrador del apostadero de Cartagena de Indias.
Los desafíos hacen que la vida sea interesante,
superarlos hace que tenga sentido.